sábado, 20 de junio de 2015

La escuela que me gusta.

Hace muchísimo tiempo que quería hablar sobre este tema, pero la verdad es que no me apetecía enfrentarme al interminable debate que cada vez que este asunto sale a la luz, acaba suscitando.
Ahora que el curso escolar ha acabado para los niños, los padres vuelven a enfrentarse con las sempiternas listas de libros de texto y los maestros empezamos a vislumbrar cómo se plantea el próximo curso escolar.
Este ha sido un año especialmente duro para mi y lo ha sido por muchos motivos. El principal es que, paradójicamente, y aunque cada año me siento un poquito más libre, no he sido valiente para trabajar como creo que hay que hacerlo. La libertad a menudo da miedo y yo no soy tan valiente como muchos creen.
Y no lo soy porque mi forma de entender la educación y la escuela coincide, afortunadamente, cada vez con mayor número de maestros y padres, pero sigue encontrando innumerables resistencias en el entorno escolar.
La educación debe ser un trabajo colectivo y en este momento en el lugar donde trabajo no parece que vayamos a ponernos muy de acuerdo en nuestros planteamientos y metodologías.
El curso pasado, otra compañera y yo decidimos prescindir de los libros de sociales, naturales, inglés y plástica porque entendemos que en una metodología de trabajo por proyectos y en una concepción de la educación donde el niño es el que construye con nuestra ayuda el conocimiento, el que investiga y el que descubre su entorno de forma crítica, un libro de texto supone más un freno que una ayuda.
Esta decisión fue vista por muchos compañeros como una pequeña revolución que muchos han intentado frenar, convenciéndonos de que el libro es sólo una ayuda.
Cualquiera que se haya movido en entornos escolares sabe que un libro de texto es un pequeño tirano,  la mayoría de maestros que conozco utilizan el libro de texto como principal recurso, es cierto que muchos se apartan de él en mayor o menor medida pero siempre, o casi siempre, es el libro el que acaba marcando los contenidos a trabajar y acabamos haciendo lo que el libro pretende que hagamos, personalmente el libro apaga mi posible creatividad y a menudo acabo cayendo en lo fácil: trabajar desde sus contenidos y mandando a los niños muchas de las tareas que propone.
Una vez que los niños tienen un libro encima de la mesa, moralmente debes trabajar con él. No me parece ético hacer gastar a los padres el dinero que cuestan estos libros para acabar usando ese libro de uvas a peras y de forma residual. En ese caso, sería preferible y mucho más económico, hacer una fotocopia de ese contenido puntual.
La mayoría de ejercicios que propone el libro son aburridos y no tienen conexión alguna con la vida de los niños.
Como digo, el año ha sido duro: al principio los padres desconfiaron de la ausencia de libros, cuestionaron que tal vez llevaban pocos deberes y a veces les costaba entender que se puede aprender sin exámenes. Afortunadamente, poco a poco fueron confiando más y hoy son muy pocos, por no decir ninguno, los que desconfían.
Este año no he tenido muchas fuerzas para luchar, la compañera que conmigo decidió prescindir de libros, a la que quiero y admiro,  ha estado ausente este curso por motivos de salud y aprovechando un eventual permiso mio, se han puesto los textos para el año que viene: vuelve a haber libro para todo. He preferido callarme y hacer luego lo que quiera, que es en definitiva lo que casi siempre se hace.
Evidentemente yo diré a las familias que no se los compren, pero con los libros de lengua y matemáticas no me atrevo, es agotador luchar solo contra la corriente.
Me siento incapaz de emprender una lucha en solitario que cada vez agota más, de enfrentarme con compañeros, de tener que justificar continuamente todas mis acciones,...
No me siento orgulloso de decir que otro año más, aunque muchos me sigan viendo como el pequeño díscolo, me han vencido.
No me siento capaz de decirle a los padres que este año no les compren libros de texto, que los libros de texto matan la creatividad, que tal vez muchos de esos maestros que llevan años metiéndoles en la cabeza que los libros son fantástico, que hoy en día son preciosos y que tienen maravillosos contenidos digitales, les engañan. Que los usan porque para ellos es más fácil. Creo que lo peor es mentir y hacerlo sabiendo que se hace. Seamos sinceros y digamos a los padres que realmente no estamos formados para elaborar nuestros propios materiales y actividades, que no tenemos tiempo, que nos somos capaces de coordinarnos como equipo, que estamos sobrepasados, lo que queramos, pero no les mintamos....

No me siento capaz de decirles que los están engañando; que un niño de tercero no tiene que saber de memoria las partes de una planta y su forma de reproducción, los tipos  de máquinas y sus elementos, que aunque estudien las reglas de acentuación, no van a ser capaces de aplicarlas, que yo mismo  he tenido que recordar los tipos de triángulos porque no los recordaba, y que a menudo los maestros pasamos por alto los contenidos procedimentales u actitudinales que es precisamente donde debe estar el acento....
No me siento capaces de decirles que estoy harto de los deberes, que a veces no me duermo por las noches porque siento que me estoy traicionando a mi mismo, que esos deberes no sirven, que me siento muy mal cuando hablan conmigo y soy consciente de que los deberes suponen en casa una lucha diaria, que lo que deben hacer es leer cosas que les gusten, investigar, descubrir, experimentar....

No me sentiré capaz de decirles cuando me pidan tareas para el verano, que eso es absurdo, que el que les contó el cuento de no perder el hábito, tal vez no haya reflexionado sobre la utilidad pedagógica de esa tarea como yo lo hago y que en le verano un niño debe  disfrutar al máximo de la vida.

No les diré que sí, que es cierto que no repite nadie en mi clase y que es fácil que nunca en los años que me queden en la escuela deje a nadie a repetir. Que no tengo la poca vergüenza y falta de profesionalidad de dejar a repetir a nadie como un castigo por vago, que repetir curso casi nunca mejora los problemas, que a veces los que tendrían que repetir empezando de cero como padres son ellos, o yo como maestro.

No les diré que los niños son maravillosos, que trabajar para ellos es la mayor fortuna. Que son curiosos y quieren saber cosas por su propia naturaleza y que casi siempre, cuando esa ilusión y espontaneidad se pierde, no es por culpa del niños.

No les diré que no pienso hacer ningún examen porque no sirven nada más que para que todos nos autoengañemos y que trabajaré por proyectos, que experimentaremos e investigaremos, que trabajaremos juntos y nos divertiremos y que esos procesos y productos serán lo que evaluemos.

No les diré esto o se lo diré muy maquillado porque sé que ello haría estallar las alarmas, pero lo haré, lo seguiré haciendo.. Lo haré pese a cuestionarme cada día si voy por el buen camino. Ayer despedí niñas y niños curiosos, apasionados, ilusionados y sobre todo felices, Creo que ese es el camino y de momento creo quye seguiré andándolo.
Sé que no he podido expresar todo lo que quería, se que este texto me hará parecer presuntuoso para quien no me conozca, sé que me diréis que me creo mejor y que menosprecio el trabajo ajeno, que me equivoco. Que repetir a veces es bueno, que los deberes ayudan a crear hábito y reforzar contenidos, que hace falta memorizar, que los exámenes son necesarios y que se ponen muy concienzudamente y no aquellos que propone el libro, que los libros de texto ayudan y que los niños los necesitan para organizar el trabajo,...
Tengo respuestas para ello, respuestas en la mayoría de ocasiones científicas y fruto de mis muchas experiencias, lecturas y formación, sé que muchos de vosotros anteponéis vuestra experiencia a vuestras lecturas sobre pedagogía y vuestra formación y lo respeto.
No pretendo polemizar y voy a intentar, no sé si lo conseguiré no entrar en debates. Me encanta debatir pero ahora, de verdad estoy muy cansado.
Sé que me equivoco muchísimo  y aprendo a diario de mis errores pero también sé que a menudo maestros y padres tenemos nuestros estilos educativos por inercia o porque reproducimos modelos aprendidos. Intento cuestionarme todo y a partir de esas dudas aprendo a diario.
Confío en que algún día nuestros gobiernos den a la educación la importancia que tiene, que miremos a modelos educativos que funcionan y que en vez de mirarnos la escuela franquista y postfranquista en la que estudiamos muchos de nosotros, nos miremos en la escuela de los países nórdicos. Confío en una escuela amable, que enseñe a cooperar y que sepa potenciar las fortalezas de cada niño. Si son curiosos, espontáneos, críticos y apasionados van a aprender: segurísimo.
Confío en una escuela con maestras y maestros apasionados por su trabajo, muy formados y que siempre tengan un corazón de niño latiendo fuerte. Luchemos por ello.

martes, 2 de diciembre de 2014

Los pasadores.

Quedan pocas horas para que acabe la campaña electoral para elegir miembros a la junta de personal. Como muchos sabéis yo me presento en la candidatura de CCOO.
No hablaré aquí de eso, hablaré de algo que cada vez me preocupa más, los llamados pasadores.
Los pasadores son, por lo ordinario, personas que pueblan las escuelas de Castilla la Mancha, son fácilmente reconocibles y aunque en principio pueden resultar bastante inofensivos son ciertamente peligrosos y su peligro radica principalmente en su altísima capacidad de contagio.
Los pasadores estudiaron magisterio, técnicamente son maestros e incluso algunos podrían ser considerados buenos maestros. Suelen ir bastante bien vestidos y perfumados, son puntuales, a menudo muy organizados, cumplen su función de manera aséptica, suelen ser bastante tradicionales, fieles a su libro y en sus clases suele reinar la paz social, dan exactamente lo que se espera de ellos y se van a casa.
 Han pasado por tres o cuatro leyes educativas y a menudo se quejan de ello. Achacan a dichos cambios legislativos muchos de los males de la escuela pero mienten y lo saben, a ellos las leyes no les afectan,ellos trabajan hoy exactamente igual que trabajaban hace veinte años, hace quince y hace diez, no han leído la lomce como tampoco leyeron las anteriores leyes educativas..
Los pasadores se llaman así porque pasan de todo pero sin embargo, no lo parece: pasan de leyes, pasan de normas, pasan de todo lo que les haga abandonar su zona de confort pero lo hacen en silencio, nunca muestran su opinión de forma clara, nunca se enfrentan abiertamente a nada ni a nadie. Hay una única cosa de la que no pasan: su propia comodidad.
Han hecho de sus aulas su parapeto y aunque la lluvia les cae igual que a todos, nunca les moja
No tienen alma ni la necesitan, se muestran seguros de sí mismos ante padres y alumnos y suelen aludir a su profesionalidad acreditada durante años de ejercicio para defenderse si alguien osase pedirle explicaciones por algo.
No conocen ningún autor ni ninguna teoría educativa posterior a 1980 ni falta que les hace.
Jamás se han manifestado por la educación pública, porque lo consideran de exaltado y sobre todo porque  no creen en ella, como no creen en la inclusión, ni creen en el poder transformador de la educación.
A los pasadores les molestan profundamente las personas innovadoras, las personas creativas y las personas que luchan, no les gustan porque  temen que si esa gente se une, si se descubre que hay otra forma de hacer las cosas,ellos pueden ser arrastrados al cambio y el cambio significa acción y tal vez si se mueven dejen de estar en la foto. Por ello,  a menudo, si tienen fuerza para ello, anulan o aíslan a los que luchan y a los que innovan.
Cuando alguien cuenta que se puede trabajar de otra manera, ellos  se sienten atacados y defienden ante los marcados asentimientos de sus adeptos diversas teorías creadas por ellos mismos tales como la famosa teoría de que copiar largos enunciados mejora la atención y la concentración, que hacer la letra redonda y bonita es un objetivo prioritario o que un niño que saca un cuatro en un examen es un niño insuficiente lo diga quien lo diga o la famosa ley de que no hacer examenes o trabajar por proyectos confunde gravemente a los alumnos .
En las elecciones sindicales los pasadores  dicen que no va a votar, pero los son a menudo secretos  votantes de anpe y lo son  porque, como no tienen gran criterio se creyeron el mantra de que anpe defiende a los maestros o que no está subvencionado, no se lo expliques porque no suelen razonar mucho .
Si anpe vuelve a ganar en estas elecciones será sobre todo por el voto de los pasadores y los pasadores serán los que decidan por ti durante los próximos cuatro años.
Por el bien de la educación pública, no pases de votar.

jueves, 20 de noviembre de 2014

La Duquesa de los delincuentes.

La Duquesa de Alba ha muerto. Esta mañana andaba yo liado entre fotocopias cuando de pasada he escuchado la noticia.
Ni siquiera me ha llamado la atención que a alguien le pareciera digno de contar tan luctuoso suceso. No suelo escuchar en mi ámbito laboral noticias del tipo: "La Infanta sale de rositas"" o "la corrupción revienta España". Entiendo que esas noticias deben ser tan habituales que ya no son ni noticia y claro, la Duquesa de Alba no se va a morir más a partir de hoy.
He seguido con mi faena y he olvidado la muerte de esta mujer hasta que al llegar a casa lo han recordado en el telediario de Telecinco.
No me ha extrañado,, sinceramente que dicha muerte fuera noticia, pero no esperaba en absoluto lo que he visto: más de un tercio del tiempo dedicado a ensalzar la figura de alguien que no ha hecho otra cosa en su vida más que aquello que le daba la gana. Eso parece que es también muy digno de alabanza: "hizo lo que quiso".
Debe ser muy fácil hacer lo que uno quiere cuando tienes un patrimonio cifrado, por poner una cifra, en más de 30000 millones de euros sin contar obras de arte cuyo valor económico es dificilísimo de cuantificar.
Ha muerto la mayor terrateniente de España, noble megacacique que acallaba su conciencia con suculentos donativos a las monjitas y que el pueblo ha hecho suya pese a que ella, por mucho que os cuenten, nunca fue del pueblo.
Triste pueblo que ensalza la figura de alguien que pese a la ilusión que proyectaba nunca miró a ese pueblo a los ojos.
 Que se acercaba a la gente corriente dicen, pero obvian decir que cuando la gente se acercaba a ella a reclamar sus derechos como han hecho en varias ocasiones los jornaleros que explotaba; ella, con su gracejo los llamaba delincuentes y locos.
Regio exponente de la vieja España, amante de toros, misas, flamenco y olé.
Ha muerto la Duquesa y deja su privadísimo patrimonio en manos de sus herederos: magníficos palacios y castillos, obras de arte que debieran ser patrimonio de todos y están encerradas en oscuros salones e incluso he escuchado que la primera edición de El Quijote.
Mientras no nos planteemos dar al pueblo lo que debiera ser del pueblo, mientras sigamos mostrando ese respeto casi fervoroso por quién nada ha hecho porque con todo nació, nada va a cambiar en este país.
Poder podemos, pero no queremos.

jueves, 23 de octubre de 2014

Julito y la escuela .

Voy a contar la historia de alguien a quien conozco muy bien. Tal vez conozcas historias similares, tal vez tu historia se parezca en algo o tal vez no te suene de nada. En cualquier caso espero que te haga reflexionar un poco.
Julio empezó parvulitos en los últimos años de la década de los 70, era una época convulsa. De sus primeros años de cole, recuerda más bien poco. Recuerda a una maestra joven y guapa y recuerda que era divertido ir al cole, todo iba bien hasta que la maestra joven y guapa murió en un accidente de tráfico. Ese fue el primer contacto que Julio tuvo con la muerte. Aunque te parezca extraño, ni fue un trauma, ni le marcó especialmente.
Cuando pasó a primero Julio se ilusionó con Doña Luisa, Doña Luisa sí que era buena. Julio todavía recuerda con emoción el día en que doña Luisa lo llamó a su mesa y con una sonrisa de oreja a oreja le dijo que como había aprendido a leer tan bien y tan rápido, ya no iba a leer más el "Sendero" que era para los peques, entonces sacó el "Senda" del cajón y le dijo: _Llevátelo a casa y lo lees poco a poco_Julio lo leyó en pocos días. Entonces doña Luisa empezó a dejarle cuentos al niño y Julio descubrió el placer de la lectura.
A mitad de ese curso el padre de Julio encontró trabajo en la ciudad y Julio tuvo que dejar el pueblo y la escuela.
De repente se encontró en un lugar que no conocía y en un cole que no le gustaba. Conoció a Don Anselmo al que le encantaba dar caramelos de menta:le encantaban los caramelitos y las metáforas; los caramelos de menta los daba con la regla en la palma de la mano y Julio recibió algunos, también de fresa que eran más suaves.
Tras don Anselmo llegó doña Purita, doña Purita vino de Barcelona y Julio nunca la vio reir. Un día mandó hacer una redacción a los niños sobre su comida preferida, Julio se alegró muchísimo, sabía que escribía bien y que a doña Purita le encantaría su redacción. Durante días el niño esperó ansioso a que doña Purita le dijera su opinión. De repente un día, la maestra le dijo enfurecida al niño que era un insolente y que era la primera vez que se reían de ella en su cara. Julio no entendió nada, hasta que la maestra le contó que en la redacción había escrito que le encantaban las guarras y que estaba seguro de que a doña Purita le encantarían también. Aunque la mamá de Julio fue a explicarle a la maestra catalana que el niño no pretendía reirse de ella y que las guarras eran un embutido manchego, la maestra catalana apostilló que ese embutido se llamaba longaniza y que llamarle guarras era una paletería. Así se quedó Julio con la longaniza atravesada y sin ganas de volver a hablar con doña Purita.
Entonces llegó la primera etapa y Julito conoció a la gordísima doña Engracia. Doña Engracia era tan gorda como rígida en sus métodos de enseñanza, para ella, religiosa y de orden, los libros de texto debían ser la Biblia, jamás se saltó un ejercicio.
Doña Engracia era diabética además de gorda y contó a los niños que debía comer siempre que le apeteciera. Julio nunca entendió porqué la maestra se podía comer media caja de quesitos Santé y no le dejaba a él ni oler su bocadillo. Además de gorda y diabética también era olvidadiza y a menudo olvidaba el puchero en el fuego, entonces envíaba a los niños que sacaban buenas notas a su casa a apagarlo. Julito nunca tuvo esa suerte.
El niño pasó tres años haciendo ejercicios, los de matemáticas no le gustaban y dejó de hacerlos. Entonces la mamá de Julio fue requerida de nuevo: el niño iba muy flojo en matemáticas y, si bien destacaba en las áreas lingüísticas, era bastante creativo y además de tener gran curiosidad, era un ávido lector, a doña Engracia le pareció que lo mejor era repetir. La mamá de Julito acató el criterio de la experta maestra sin rechistar.
Después llegó don Ramón que hacía ruido con los zapatos al caminar y por fin Julio pasó a la segunda etapa.
En la segunda etapa ya los niños eran mayores y por eso tenían a más de un maestro. Entonces llegaron don Fernando, don Acacio y don Odón.
Don Fernando fue un paréntesis de alegría: Después de tantos años un maestro volvió a descubrir que Julio era bueno escribiendo, le dejó libros y le animó a presentarse a varios concursos literarios infantiles que Julio a menudo ganó. Todavía hoy Julio cuenta lo emocionante que fue el día que don Fernando, depués de ganar el primer premio de un concurso literario lo llevó a la radio. Julio leyó en las siguientes semanas todos los libros que componían el lote con el que fue premiado.
Don Acacio era el de sociales y Julio no sabe muy bien si era bueno o malo, lo que si parece es que nunca fue a un logopeda porque Julio raras veces lo entendía cuando hablaba.
Don Odón era un maestro amargado, un maestro con un eterno rictus de enfado, fumador empedernido de ducados y tan amante de los libros de texto como lo había sido doña Engracia. Daba matemáticas y ciencias naturales .Además era cínico y odiaba a los niños, especialmente a los niños a los que no se les daban bien las matemáticas. Como a Julio no le gustaban las matemáticas y jamás aprendió las valencias ni la tabla periódica, porque prefería leer los libros que había ganado en el concurso, fue relegado a la última fila. Poco después decidió que Julio no podía vivir si las valencias y por segunda vez, Julio repitió. Era séptimo curso.
Los dos últimos años en el cole fueron terribles. Llegaron doña Rufina que vino de Valencia, colgó el crucifijo en el aula y se pasó dos años haciendo análisis morfológicos y don Casto, que decidió que la mejor forma de sentar a los niños era por orden de nota. Julio nunca se sentó en los primeros puestos y don Casto le dijo entre gritos algo tan delicado como que mientras no pusiera los cojones encima de la mesa y estudiase, nunca iba a sentarse delante.
Julio tuvo que aguantar a Don Odón dos años más. Recuerda especialmente dos momentos: la bofetada que le dio un día cuando lo llamó a su mesa y vio que pese a haber dicho lo contrario, los ejercicios no estaban hechos y recuerda sobre todo una de las frases que le dijo pocos días antes de acabar el curso: -Fernández (nunca le llamó pos su nombre), nunca llegarás a nada. Lo más redondo que has visto no es un cero, es la puerta de una gorrinera.
Después Julio fue al instituto, pese a que don Odón le auguró poco éxito, terminó sin grandes dificultades y después estudió magisterio, magisterio no es tan difícil pero Julio lo aprobó con excelentes notas. Después fue maestro y ya mayor descubrió que tal vez no era tan bobo como don Odón le había dicho que era.
Hoy Julio trabaja en un cole, le apasiona su trabajo y mira a menudo a sus alumnos buscando la luz que brilla en todos ellos. A veces la luz está muy apagada y hay que trabajar duro para que no se extinga Sólo desea que ninguna luz se apague.
Hace unos días Julio se encontró a don Odón por la calle. Seguía siendo amargado ahora además era viejo. Julio se acercó al viejo y le dijo: -Seguro que no se acuerda de mí. Usted me dijo un día que no llegaría a nada. Sólo he llegado a lo mismo que llegó usted, para ser mejor que usted hay que hacer muy poco.
Después Julio se sintió mal. Al fin y al cabo Don Odón sólo era un viejo amargado, siempre lo había sido.

martes, 4 de junio de 2013

A los pies de su señora.

Después de meses sin actualizar, aquí va mi valoración del nuevo programa de Cospedal que ofrece clases particulares a estudiantes de la ESO con profesores impartiendolo en un régimen semiesclavista.:

"He puesto a servir a la chiquilla en la finca del señorito!" "Y le paga bien?" " No hombre, pagarle nada, pero eso sí, se viene comía a a casa". Esto es todavía peor. Es la evidencia del desprecio más absoluto que este gobierno muestra por los trabajadores y en concreto por los interinos, degradados a mano de obra no ya barata sino gratuita al servicio de mayor gloria y prestigio de Marín y Cospedal. HiperPPopulista medida que sin duda fascinará a los padres que no verán las implicaciones de este programa, que alabarán la bondad de Cospedal que de forma gratuita entretiene y refuerza a sus hijos durante el verano ahorrándoles unos eurillos. Una medida que vuelve a enfrentar a interinos con funcionarios definitivos y a padres con profesores que colateralmente beneficia a a la administración. Una idea más de la maquiavélica mente de Cospedal que no dudo que ha sido reforzada por el éxito del programa de esclavos que a principio de año se hizo en primaria y que tuvo a interinos trabajando gratis en los centros por unos puntos para la oposición. Los interinos han sido degradados a trabajadores de tercera categoría que la administración usa y tira cuando le apetece. Ójala me equivoque,muchos interinos no sólo no se verán ofendidos por esta ocurrencia sino que solicitarán a los institutos su contratación y dichos institutos adoptarán el papel de salvadores y facilitadores de fantásticas oportunidades de cara a una rácana oposición, eso ya lo vimos en primaria. Poco nos hacen para lo que merecemos, hemos perdido el norte y peor aún, hemos perdido la dignidad. Somos tratados como basura. Sólo me consuela pensar que aquellos que votaron para esto o que decidieron quedarse en casa en vez de votar se pensarán muy bien dónde meter la mano el día de las elecciones. ¿O no?

jueves, 14 de marzo de 2013

La nueva ¿o vieja? España.


En los últimos días, parece que facebook se ha convertido en una suerte de escaparate  en el que he expuesto algunos trapitos que estaban por ahí y a determinadas personas no les  ha gustado mucho tal exposición.
Parece que los trapos que están por casa nos parecen muy monos y apañaditos mientras están guardados en los cajones pero cuando alguien los coge y los saca al escaparate, nos damos cuenta de que no son de un paño tan bueno como presumíamos o no nos gusta que otras miradas puedan juzgar nuestro preciado género.
Así sucedió con algunos comentarios que hice sobre el machismo que, a mi juicio, todavía sigue vigente en las escuelas  o con unas fotos que colgué ( no me atreví a comentarlas) de una suerte de procesión expuesta en la entrada de un colegio público que conozco un poco, con toda su parafernalia de Cristos, Vírgenes, Manolas y demás familia .
Tal vez la culpa es mía por desnudarme en facebook o por tener agregados a un grupo que se llama  amigos a aquellos que no son más que conocidos circunstanciales. Procuraré ser más comedido en las redes sociales. En cualquier caso suelo tener la precaución de no ofender gratuitamente a nadie.
A partir de tales incidentes y del revuelo mediático ocasionado ante la elección nuevo Papa me pregunto con desazón qué país estamos dejando y asisto con inquietud a la penosa escena costumbrista en la que entre todos hemos convertido España.  Esta España que parece la abuela de aquella otra España desenfadada y divertida pero a la vez ilusionada y creadora, que nuestros padres fueron construyendo sobre el solar de aquella otra España cateta y temerosa de casi todo que  dejó el abuelo Paco de infausta memoria.
Observo esta nueva España de charanga y pandereta, esta  España viejuna y resentida que disfrazada a veces  con ropajes modernos y otras veces mostrando su cara más auténtica y despiadada, con  peineta y  mantilla nos deja escenas como la que ilustra la foto. Un colegio público en el que nos saluda una Virgen doliente y llorosa (preciosa escena para un niño), en el que admiramos cofrades hechos de cucurucho de papel que ocultan su rostro ante la grandeza del Altísimo, reproducciones a escala de variadas Santas y Vírgenes con manto hecho con golosas blondas y manolas-niñas de cara sonriente que son pura pedagogía, nada mejor para una mujer que mostrarse servil y complaciente, enlutada y doliente mártir en pleno proceso expiatorio.
Pero no debemos escandalizarnos, todo ello ha sido preparado con amor, elaborado  por primorosas manos infantiles sabiamente guiadas por  la maestra de religión. Algún día hablaré de esos curiosos compañeros que no son tales, que accedieron por la vía eclesiástica de la mano del Obispo tras, supongo, duras pruebas. Además, la Semana Santa es algo cultural, me cuentan aquellos que también me dicen sin pestañear que España es un país católico y que debemos respetar a todos.
En esta nueva España de  la neo-resignación cristiana y del "mejor dejémoslo estar", los que somos acusados de poco respetuosos somos los que queremos espacios públicos alejados de adoctrinamientos  y luchamos por una educación en libertad en la que todos quepan.
Los que hoy nos dicen esto, ayer se rasgaban las vestiduras ante una asignatura terrible llamada “Educación para la Ciudadanía “, una asignatura peligrosísima  e inoculadora de ideas tan terribles como libertad, igualdad, justicia, laicismo o tolerancia. Nos dicen que total son pocos niños los que no cursan religión( todo un alegato al respeto a las minorías) y  nos animan con palmaditas en el hombro mientras nos dan consejos que nadie les ha pedido acerca de no darle tanta importancia a tonterías, es mejor no hacer caso, dicen, dejar pasar y anteponer ante todo el la paz social en la escuela.
Lo verdaderamente triste es que al final el objetivo se ve cumplido.  Empieza un nuevo día, la Virgen María se queda custodiando la entrada y  entras a clase saboreando el caramelo de la matutina algarabía infantil para que el sabor agridulce desaparezca de la boca. Cuando piensas que tal vez no es realmente tan importante, que tal vez eres demasiado puntilloso, que tal vez la escuela sea muchísimo menos machista y muchísimo menos homófoba que cuando tú eras el alumno,  entonces ves a los niños reír a carcajadas, sonríes con ellos aliviado y esa sonrisa se hiela cuando descubres que las chanzas son porque un niño ha comentado se ha apuntado a una academia de baile en vez de ir a jugar al fútbol con los demás  ¡Queda tanto camino!



martes, 12 de marzo de 2013

La izquierda de las izquierdas y otras hierbas.

Cada vez más a menudo escucho frases del tipo: " Hay que refundar la izquierda" o " Necesitamos una unión de izquierdas al estilo frente popular". Las escucho sobre todo a personas que están cercanas a los partidos o a los movimientos sociales de izquierdas.
Está claro que el Psoe es incapaz ahora de movilizar a una mayoría suficiente de la sociedad y también parece claro que, si bien izquieda unida va paso a paso sumando seguidores, tampoco parece viable que ellos puedan formar un gobierno a medio plazo. No voy ni siquiera a comentar el peligro de las opciones populistas y carentes de contenido político capitaneadas por Rosa Díez y su partido y el riesgo que supone que en un pueblo harto de malos políticos, malos gestores, devorado por el paro y la desesperación caiga insistentemente el repetidísimo mensaje de . " No nos representan" Ese mensaje y el veneno que encierra los analizalé en futuras entradas.
Volviendo al tema de la alianza de izquierdas, hay varias cosas que me preocupan:
¿Cómo puede un partido político como el Partido Socialista pretender abanderar la izquierda cuando poco antes de despedirse nos regaló junto al PP una reforma constitucional que nos vendía a los mercados? ¿Cómo pueden señores como Rubalcaba, Bono o Barreda pretender ser la solución de un problema que en parte ellos ocasionaron? ¿ Qué pintan de repente discursitos a lo Talegón de joven comprometida  que se queda en la anécdota y va de tele en tele reproduciendo de nuevo el discurso sin profundizar en nada? ¿ ¿Qué margen de maniobra se les deja a aquellos socialistas comprometidos con la sociedad que cada vez se incomodan más en una megaestructura que los encorseta y no les deja respirar?
Izquierda unida, es para mí,, el soplo de aire que España necesita, el discurso claro y concreto alejado de demagogias baratas y la voz del pueblo, Alberto Garzón y Cayo Lara me parecen políticos comprometidísimos con las personas y me hacen mirar a este partido con ilusión... Pero como éramos pocos, parió la abuela y Llamazares se inventa la izquierda abierta dentro de la izquierda unida, somos lo mismo pero somos otra cosa, nosotros queremos la unión de las izquierdas. Izquierda abierta es la pequeña UPYD de Izquierda unida. ¿Ellos que marcaron las diferencias con la izquierda de la que forman parte ahora se postulan en los que van a unir la izquierda?
Puede izquierda unida ser un partido que  trasmita unión e ilusión cuando desde la agrupación local de Albacete volaron y aún vuelan los cuchillos? ¿ Qué pasa con las concesiones por acción u omisión que se están haciendo al PSOE en los sitios donde gobiernan conjuntamente?
¿Quién va a ser la cabeza visible de esta nueva izquierda? ¿ Van los otros a agachar la suya?
¿Cómo va el tema del frente cívico de Anguita? ¿Si Anguita no puede ni quiere ya erigirse en líder de nada, quién lo hará?
¿Qué pasa con Equo? ¿Qué pasa con los pequeños pero honestísimos partidos que tienen a menudo las ideas mucho más claras que los otros?
¿Qué papel juegan plataformas ciudadanas como 15M u Stopdeshaucios?¿ Qué pasa con los sindicatos de clase? ¿Qué papel ocupan en esta neoizquierda?
Son muchas las preguntas y por ahora pocas las respuestas. Mientras tanto España sigue en manos de los fascistas y el pueblo va como en la peli de Almodóvar durmiendo hasta que pasen las turbulencias, pero tal vez las turbulencias sean mayores o, lo que es más inquietante, tal vez el pueblo ya no se despierte.
Òjala seamos capaces todos de escucharnos, ójala los partidos sean capaces de llegar al frente común que derrote a la ultraderecha que nos gobierna,sin renunciar a demasiadas cosas, pero sobre todo deseo que en esa renuncia no se renuncie a la izquierda, no se renuncie a la protección de los débiles y no se le olvide a nadie que queremos, que necesitamos un gobierno para las  personas.
Necesitamos acción y necesitamos ilusión.